Padres, maestros, personas que se preocupan por la educación... Os recomiendo encarecidamente que visitéis este enlace y este otro, y que los guardéis para poder consultarlos en el futuro, ya que en él encontraréis mucha información (y muy bien ordenada) sobre el tema del que os quiero hablar.
Durante el pasado mes de octubre, asistí a unas jornadas de 15 horas en las que se nos ofreció una introducción al proyecto Comunidades de aprendizaje. Enseguida me di cuenta de que esto era algo muy serio y distinto a una mera exposición de buenas prácticas o de innovación metodológica (pongo estos dos ejemplos porque era más o menos lo que esperaba de las jornadas).
Conforme los ponentes nos iban explicando las bases científicas del proyecto, se me iban abriendo los ojos. ¿Por qué no había oído hablar más de este tema? Conforme los maestros nos iban contando sus experiencias, sentía una especie de vértigo ante lo desconocido. Veía las caras de incredulidad entre el público, oía sus preguntas y me sentía escéptico como ellos. ¿Cómo vamos a llevar a cabo semejante cambio?
Entonces recordé las palabras de alguien que unos meses atrás, en unas jornadas distintas, nos dijo que se puede, que hay que soñar y que hay que luchar por nuestros sueños.
He de agradecer a estos maestros inspiradores su labor al enseñar a otros cómo se puede cambiar la educación y, sobre todo, al animarnos a iniciar ese cambio.
[Imagen: wikimedia.org]